En las discusiones entre activistas y académicas feministas sobre la prostitución existen dos posturas: las feministas regulacionistas y las feministas abolicionistas. Lo cierto es que ambas defienden los derechos de las mujeres para que puedan vivir una vida digna libre de violencia.
Aquí te exponemos los dos principales debates que surgen entre ambas posturas:
Las feministas regulacionistas buscan que se reconozca el trabajo sexual y por lo tanto que se den las condiciones dignas y humanas a quienes lo ejercen para hacer válidos sus derechos humanos. Mientras que las feministas abolicionistas consideran que la prostitución se debe de terminar, pues representa una forma de explotación contra el cuerpo de las mujeres.
Se estima que actualmente hay 500 mil mujeres que se dedican la prostitución en México. La Coalición contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y el Caribe (CATWLAC), asegura quela prostitución es una forma de violencia contra las mujeres porque evidencia desigualdad de género, pues se refuerza la idea de que el cuerpo de las mujeres es un objeto, que puede ser utilizado mediante un intercambio económico, lo cual se traduce en explotación sexual, algunas estadísticas apuntan a que el 94% de las víctimas de explotación sexual son mujeres y niñas.
Además, las abolicionistas están en contra de la prostitución porque estás redes están sostenidas principalmente por grupos del crimen organizado que fomenta la trata de personas a nivel mundial con fines de explotación del cuerpo de las mujeres.
Para las feministas regulacionistas, la prostitución es una fuente laboral más para las mujeres que deciden ejercerla libremente, sin embargo, debería estar regulada para evitar abusos y proteger sus derechos humanos a través de leyes que las reconozcan.
Las mujeres que se dedican al trabajo sexual ganan entre 300 hasta los cinco mil pesos al día y con eso aportaron a la economía del país 0.4% del Producto Interno Bruto (PIB), de acuerdo con la Red de mujeres Trabajadoras Sexuales de Latinoamérica y El Caribe. Por eso es que las feministas regulacionistas, buscan que se reconozca su trabajo ante la ley, pues es una realidad que su trabajo se ejerce en la clandestinidad y en condiciones peligrosas para ellas.
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