En 2020 se cumplieron 20 años de la aprobación de la resolución 1325 de la ONU sobre las Mujeres, la Paz y la Seguridad, un acuerdo histórico que reconoció por primera vez el liderazgo de las mujeres para lograr la paz y la seguridad internacionales en los conflictos armados o en la guerra.
Con este acuerdo la ONU reconoció por primera vez el papel de las mujeres líderes que realizan gran parte de los acuerdos formales en los tratados para la paz. En Siria, por ejemplo, las mujeres fueron quienes negociaron el cese de conflictos para permitir el paso de ayuda humanitaria al país.
Otro ejemplo es Colombia, cuando en 2016 el gobierno firmó el primer acuerdo histórico de cese al fuego con el grupo insurgente de las FARC poniendo fin a 52 años de conflicto armado. Las mujeres constructoras de paz desempeñaron un papel fundamental en el logro de un consenso y en la toma de conciencia de las necesidades y vulnerabilidades de las mujeres y las niñas a lo largo de todo el proceso, como documentó la ONU.
Además, en estos acuerdos se establece antes que todo, la perspectiva de género, pues se consideran las afectaciones que hay en las mujeres y niñas en los conflictos armados, por lo que se establecen en algunos casos comités de género para dar atención prioritaria a las políticas que protejan los intereses de las mujeres.
Y es que a las mujeres estos conflictos les afectan en su realidad cotidiana: los lugares donde pueden caminar, donde consiguen agua o leña, los caminos por los que llevan a sus hijos o hijas a la escuela. Los enfrentamientos armados e incluso la sola presencia de armas de fuego en sus comunidades, atenta contra ellas directamente, contra sus derechos y libertades que se ven menoscabadas, como señala la directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Nadine Gasman.
Por eso es que el feminismo para la paz aboga por la inclusión de la perspectiva de género y la inclusión de las mujeres en los tratados internacionales para la paz, pues en los conflictos armados no sólo son ellas quienes se encargan de llegar a los acuerdos de reconciliación y mediación, sino que también se ven afectadas en sus comunidades por la guerra.
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