El Proyecto PussyHat es un movimiento feminista que empezó en Estados Unidos tras la victoria de Donald Trump en las elecciones a la presidencia de 2016. Con la Marcha de las Mujeres en Washington a la vuelta de la esquina, el movimiento aprovechó la protesta para que, además de reivindicar los derechos de la mujer, pudieran representar por medio de una declaración visual y colectiva su rechazo a las actitudes y al gobierno de Donald Trump que, en muchas ocasiones, había demeritado y denigrado a las mujeres.
La propietaria de Little Knittery, Kat Coyle, diseñó un patrón simple y brillante que permitiría a personas de todos los niveles de tejido formar parte del proyecto. El nombre Pussyhat ™ fue elegido en parte como una protesta contra los comentarios vulgares que hizo Donald Trump sobre la libertad que sentía para agarrar los genitales de las mujeres, desestigmatizar la palabra «vagina» y transformarla en una de empoderamiento, y para resaltar el diseño de las ‘orejas de gatito’ del sombrero. Aprovechando las redes sociales y la naturaleza unida de la comunidad mundial de tejido, se corrió la voz y se encendió la mecha.
Como principio se convocaron en Internet a las mujeres a tejer esos los gorros y usarlos en la marcha. La respuesta fue masiva e incluso varios artistas y celebridades portaron el icónico Pussyhat como símbolo de resistencia y comunidad. Después del evento, el PussyHat se volvió un ícono representativo de la lucha feminista y se ha utilizado en otros eventos.
Cate Blanchett ya se ha puesto uno en una manifestación pacífica de Nueva York. Whoopie Goldberg se colocó otro en televisión. Patti Smith también lo luce. Krysten Ritter, la protagonista de Jessica Jones, se ha tejido el suyo. Amy Schumer, también. Y decenas de miles de mujeres (y hombres) lo han portado.
El proyecto instigó un movimiento artesanal de justicia social al organizar a mujeres de todo el mundo para que tejieran y vistieran el ahora icónico gatito rosa para la Marcha de las Mujeres el 21 de enero de 2016.
Un Pussyhat ahora reside en la colección Rapid Response del Victoria and Albert Museum, la colección permanente del museo de la Universidad Estatal de Michigan y otras colecciones como una pieza importante de la historia feminista. Lo que comenzó como un simple medio de protesta, participación y solidaridad, se ha convertido en un símbolo mundial icónico del activismo político.
0 comentarios