Las mujeres no “perdemos” nuestra virginidad, ¿sabes por qué? Porque no existe.
Alrededor de la virginidad femenina existe mucha desinformación que se ha ido arrastrando desde hace siglos, otorgándole -errónea e injustamente- una cualidad positiva. Y es que, de acuerdo a un artículo del periódico La Vanguardia de España, “la virginidad femenina es un mandato cultural machista aún vigente en muchos lugares del mundo”. Se utiliza para someter a las mujeres y en su nombre se cometen atrocidades cuyo exponente más grave son los crímenes de honor. Pero, ¿qué se podría definir como virginidad? Como dice María Paula Toro: nada más y nada menos que una construcción social. No es un concepto cualificable. Su definición depende completamente de las convenciones sociales existentes y las creencias personales. No es un concepto ni médico, ni científico y mucho menos demostrable. Y sin embargo usamos la virginidad como una medida universal para determinar la pureza y el valor de las mujeres.
El estudio Valores sexuales y virginidad en México subraya que la sexualidad y la virginidad se encuentran fuertemente cargadas de significaciones morales y religiosas, diferentes para cada género pero complementarias entre sí, que han sido construidas durante un largo periodo de relaciones sociales y políticas.
La doctora en Filosofía y experta en Estudios de las Mujeres de la Universidad de Burgos, María Isabel Menéndez, denuncia que la honra femenina sigue ligada a la sexualidad y que incluso el lenguaje lo evidencia. Por ejemplo, la expresión «perder la virginidad» para describir la primera relación sexual incide en un rol pasivo de las mujeres en el sexo y la reconstrucción del himen se defiende como «la recuperación de la dignidad perdida».
Existen varios mitos que es necesario desmentir acerca de la virginidad:
● Uno de los mitos más recurrentes es el que señala que perder la virginidad es doloroso y produce un abundante sangrado debido a la rotura del himen, un tejido membranoso considerado como el símbolo de la virginidad femenina. Pero en realidad no se trata de una barrera que impide el paso, tal y como muchas personas creen.
● A pesar de que la rotura del himen esté considerada como la pérdida de la pureza y virginidad y se haya asociado principalmente al hecho de haber mantenido una relación con penetración, infinidad son las causas que pueden ocasionar que ese fino tejido se rompa: practicando deporte, durante una exploración ginecológica, etc.
● Cambios físicos: El más común de todos, que se ensancha la cadera, los senos aumentan de tamaño o que la vagina se va hacer mas grande. ¡Mentira! El cuerpo de una mujer será el mismo después de tener su primera relación sexual, no hay nada de qué preocuparse.
Aún hay mucho que trabajar en este tema, sobre todo dejar de desvalorizar a la mujer por algo que no está planteado ni sustentado en la ciencia. Mientras siga existiendo este mito y el valor de las mujeres dependa de un estándar inventado de pureza, la mujer no va a tener una sexualidad libre e independiente. El valor de una mujer no tiene que ver con un estatus que se ha creado a través de los años.
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