Si hacemos una consulta ciudadana sobre el fin de Banco de Mexico (Banxico) muchos contestarían que el tipo de cambio, sobre todo contra el dólar americano, e imprimir dinero. Parece lógico que un banco central se encargue de estos temas, y están dentro de su cuidado, pero su principal función es garantizar la estabilidad del poder adquisitivo del peso mexicano en el país. Por ello, claro que se encarga de la emisión, circulación y regulación de la moneda físico del país, pero también regulan a los bancos para las transacciones electrónicas pero su “archienemigo” es algo llamado inflación.

Hemos hablado de la inflación en algunas columnas. La mencionamos cuando hablamos de la pérdida de valor del dinero en el tiempo y como preferimos que nos paguen hoy, pero preferimos pagar mañana. Sin embargo, como se mide es en términos de la canasta básica, lo que consumimos como mexicanos en promedio desde agua, luz, comida hasta gasolina y el transporte público. La inflación, casi siempre sube, mes a mes y año a año las cosas van subiendo de valor de los bienes y servicios. Banxico tiene como meta que estos aumentos sean cerca del 3% anual, es decir entre 2% y 4%. Actualmente, la inflación está arriba del 5% lo cual no cumple con el fin del banco central.

La semana pasada, Banxico decidió subir la tasa de interés de 4% a 4.25%. Como pueden intuir esto fue una reacción a la inflación, que se encuentra muy arriba del 3%. Esto es una política monetaria y subiendo la tasa de interés, normalmente la inflación baja. Esto fue una sorpresa, nadie lo tenía en mente pues se esperaba la tasa de interés solo se mantuviera no que subiera. Esto quiere decir que con esta decisión cambian todas las tasas de prestamos de México al alza, las hipotecas, créditos a corto y largo plazo y claramente también tus ahorros invertidos también empiezan a generar más rendimientos.

«No hay que confiarse. El banco central podría ser víctima de su propio éxito. Es un gran reto inculcarles la citada convicción a las nuevas generaciones. En México, aproximadamente 35 por ciento de la población no ha vivido en épocas de inflación altas, de dos o más dígitos» – Agustín Carstens