Cuando se habla de relaciones sexuales, la sociedad le ha determinado que el acto sexual se da únicamente cuando hay una penetración, ya sea vaginal o anal. Tener esta concepción de que necesariamente debe haber una forma de “penetración” para tener una relación sexual puede llevar a varios problemas que, en su mayoría, son de naturaleza misógina.
Por ejemplo:
- Refuerza el constructo social de la “virginidad”, en el que una mujer no vive su sexualidad hasta no ser penetrada, lo cual discrimina a las relaciones sexuales lésbicas y permite la idea machista de que una mujer pierde algo de sí misma cuando hay una penetración por parte estrictamente de un hombre.
- Disminuye la importancia de otras formas de placer en las relaciones sexuales y que tienden a dejar insatisfecha en su mayoría a las mujeres, ya que la mayoría necesita una estimulación directa en el clítoris para alcanzar el orgasmo, y este órgano suele tener una estimulación directa durante el coito o cuando hay una penetración.
- Refuerza en los hombres el concepto de ser “viril” con tener un miembro más grande, ya que si se cree que para tener una relación sexual exitosa se necesita de una penetración, entonces los miembros pequeños no alcanzarán tanta profundidad, creando así verguenza y asociaciones machistas del concepto de ser un verdadero hombre con tener un pene grande. Cuando en realidad, la mayor sensibilidad (en el caso de las relaciones heteronormativas) de las mujeres está en la parte exterior de la vagina.
- Se criminaliza únicamente como violación cuando hay una penetración involuntaria. En varios estados de México, no se considera violación si no hay penetración de mimebro viril o de cualquier otro objeto dentro de la vagina o ano, dejando así de lado el tocar a una persona en contra de su voluntad, de cualquier manera, fuera del ámbito de violación y se clasificará meramente como acoso.
- En el caso del Estado de México, La pena para una violación (con penetración) va desde 5 a 15 años de prisión. En cambio, la pena de acoso va de 6 meses a 2 años en prisión. Entonces, aunque alguien “toque” y viole a otra persona puesto que es en contra de su voluntad, si no se penetra será un crímen menor.
El sexo es uno de los temas que están a la orden del día, está en libros, las noticias, televisión, el cine, etc., y tradicionalmente se piensa que las relaciones sexuales tienen como principal protagonista el acto de la penetración. Aparentemente esta creencia se basa en el coito heterosexual o cópula, cuyo objetivo primario es la reproducción. Pero los encuentros íntimos también tienen carácter emocional, no solo reproductivo, y pueden incluir todo tipo de prácticas que van desde la masturbación mutua, pasando por los besos y el frotamiento, entre otras, circunstancias que no necesariamente culminan en penetración.
El tabú en torno al sexo se va levantando poco a poco, pero nuestra manera de entenderlo y vivirlo está influida por los prejuicios de siempre… y así seguirá si continuamos informándonos a través del ‘porno mainstream’, las películas románticas o cualquier cosa que encontremos en internet. Necesitamos urgentemente desaprender lo aprendido
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