Durante siglos, las calles se han convertido en un campo de batalla que invade la intimidad y el territorio de las mujeres con frases envueltas en forma de piropos, pero que de trasfondo, solo tienen tintes machistas. Esto de acuerdo al portal eXtra.
Cualquiera que haya nacido o viva en México, sabe que nuestra cultura, como muchas culturas latinas, está fuertemente influenciada por el machismo (expresión derivada de la palabra macho, definido como aquella actitud o manera de pensar de quien sostiene que el varón es por naturaleza superior a la mujer) comenta en su página el Gobierno de México.
Existen expresiones que van desde “calladita te ves más bonita”, hasta “la que no enseña no vende”, pasando por una infinidad de frases destinadas a demeritar el valor, talento y habilidades de las mujeres, intentando limitarlas o encasillarlas a objetos sexuales cuyo único fin es complacer o satisfacer a los hombres.
Recientemente el Gobierno de México realizó una campaña titulada #Frasesexista, la cual busca, entre otras cosas, concientizar a la población y evitar que se sigan utilizando este tipo de frases en la vida cotidiana. Estos son solo unos de los ejemplos que como personas debemos erradicar y trabajar para fomentar la igualdad de género:
● “La que no enseña no vende”
● “Corres como niña, tiras como niña”
● “Ese trabajo es de hombres”
● “No seas nena”
● “Él sí ayuda en su casa”
● “Vieja el último”
● «¿Es una niña? Como no lleva aretes pensaba que era un niño»
● «El rosa es de niñas y el azul es de niños»
Además de estas recomendaciones, es importante reflexionar sobre algunas otras aseveraciones que hacemos en algunos contextos, como por ejemplo:
● Si el mal humor de una mujer es constante es que necesita un revolcón. Jamás se dice eso de un hombre. Se dirá que es un cretino, pero no se relacionará con su vida sexual».
● Nadie es “la mujer de”.
● Si un día una mujer está de mal humor es que tiene la regla. Cuando le pasa a un hombre, pobre, es por sus muchas preocupaciones.
Es por esto que debemos reflexionar sobre nuestro lenguaje. Es hora de ponerle un alto a todas aquellas prácticas y actitudes que promueven el trato diferenciado de las mujeres, haciéndolas quedar como el sexo inferior ante un hombre.
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